La asignatura pendiente del enoturismo sigue siendo la comercialización.
Existe una conciencia general de la dificultad que entraña encontrar buenos profesionales de la intermediación turística en zonas con poco desarrollo turístico. Encontrar agentes de viajes “incoming”, que desarrollen productos y ensamblen los diferentes servicios del territorio es una tarea ardua.
La comercialización de los servicios y de los productos enoturísticos requiere de un alto grado de profesionalidad, compromiso y de conocimiento del sector por parte de los operadores turísticos. Hay pocas agencias de viajes especializadas en enogastronomía. El futuro del desarrollo turístico de estas zonas enorurales está en la colaboración conjunta de todos los actores del territorio. Bodegueros, restauradores, hoteleros han de trabajar con un mismo fin: dinamizar un proyecto unificado de territorio y ayudar a posicionar exteriormente el destino ofertado. Esto supone establecer firmes alianzas con las agencias receptoras para que puedan promocionar y vender con seguridad dicho destino.
Se trata de crear productos turísticos con un alto valor añadido, claramente definidos y bien diferenciados, para que puedan ser vendidos posteriormente: un producto, un servicio, un precio.
Este grado de especialización del turismo enológico comporta la búsqueda de los canales adecuados y una precisa segmentación de clientes para fines promocionales y de comercialización de estos productos.
El enoturismo ha de apostar por un turismo de calidad, eminentemente sostenible, asociado al ocio rural, a reconocidos chefs y a formas particulares de elaborar el vino. Un turismo, en definitiva, muy ligado a una idiosincrasia vital profundamente arraigada a la tierra –a lo autóctono– y con una filosofía localista, pero sin descuidar ni por un instante su comercialización turística global.
Tienes toda la razón del mundo, el principal problema de este negocio es que falta publicidad e invertir en la comercialización, ya que si las personas desconocen el producto, es muy poco probable que lo compren. Quería aprovechar esta ocasión para recomendaros mi último viaje ya que disfrute de unas grandes vistas y por supuesto del gran sabor del vino de la ribera del Duero. Estuve por la zona de la Ribera del Duero (Valladolid) y estuve visitando la Bodega Matarromera, con un rico almuerzo en el Restaurante La Espadaña. El alojamiento también estuvo muy bien. Si algún finde no sabeis que hacer, os recomiendo una paradita por esta zona leonesa.
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