Todos somos enoturistas potenciales

Como ya sabéis todos el pasado Martes en el marco del foro de la librería del Altaïr, organizamos conjuntamente con Sylvia Angelet de Angelitos producciones, una cata-audio-visual sobre el enoturismo. Una experiencia de los sentidos.
Cuál fue mi sorpresa cuando, al acabar la acción, más de la mitad del auditorio vino a pedirnos si nosotros organizábamos viajes enoturísticos. Todos querían información de quien organizaba salidas a rutas como las que habíamos presentado. Todos querían vivir una experiencia enoturística.
Al día siguiente estuve pensando durante mucho tiempo sobre este tema, y llegué a las siguiente conclusión:
Todos somos enoturistas potenciales. A todos nos gusta compartir conocimientos con personas apasionadas por lo que hacen. Y tenemos la suerte, que en este apartado, el mundo del vino va sobrado de personajes enamorados del vino, de su tierra y de su bodega. En este apartado nos remitiríamos al tan nombrado turismo emocional..

El vino vertebra el producto: encontrar un hilo conductor que una todos los agentes del territorio es difícil y en este caso lo tenemos.
El vino es el mejor desinhibidor. En la sala entraron gentes de todos los tipos, de distintas clases sociales, de diferentes edades, e incluso de niveles culturales diversos. Al empezar la cata todos estaban distantes, pero al compartir sensaciones, se desata una metamorfosis conjunta: la gente se abre y comunica.
Todos queremos conocer gente nueva, compartir. Es difícil interactuar de una manera espontánea en esta sociedad actual, el hecho de vertebrar a todo un grupo alrededor de un mismo producto hace que se creen inercias conjuntas, y el vino da de hablar…
El enoturista no compra su viaje en una agencia de viajes, le cuesta comprar su viaje con anterioridad y no tiene conocimiento que una agencia pueda gestionar su salida enológica.
– A la mayor parte de posibles clientes de destinos turísticos enológicos les encantaría ir en grupo, con una persona de confianza que les guíe por la zona, si tienen que ir solos o en pareja, prefieren otras opciones.
– La persona encargada de conducir el grupo es uno de los factores decisivos para hacer una enoescapada: esta persona ha de saber transmitir confianza, conocimiento y savoir faire.
El enoturista tiene curiosidad y sed de conocimiento.
Hay que trabajar en la comercialización, tenemos que empezar a segmentar y crear productos turísticos atractivos con los servicios bien definidos y con un precio claro, productos realizados pensando en las necesidades de cada segmento de clientes al que nos dirigimos.
Hemos de buscar los canales de distribución de nuestro producto, e invertir en ellos.
Y finalmente tenemos que comunicar para generar deseo, expectativas e ilusiones.
En fin, nos vemos entre viñedos. Chin chin!!!

Marketing Turístico, Vinexus Consulting

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