Turismo gastronómico, la gran torre de Babel

 Para dinamizar el territorio necesitamos de la cooperación de todos los agentes que en el actúan.

Hace mucho tiempo que estoy trabajando dinamizando acciones vinculadas con productos agroalimentarios. En los últimos años todos los encargados de programas de desarrollo de medio rural, hablamos constantemente de la transversalidad, entre los sectores agroalimentario y turístico. Cuando se habla de promoción gastronómica, directamente lo asociamos a recetas y restauradores, pero no tiene sentido si no vinculamos todo el territorio. Se ha de trabajar con los productos autóctonos y con las personas encargadas de su producción. Para dinamizar territorio necesitamos de la cooperación de todos los agentes que en el actúan y trabajar conjuntamente para la creación de productos turísticos .

El panorama no es fácil, cuando analizamos todos los actores que intervienen en la promoción enogastronòmica del territorio nos encontramos: Por un lado, tenemos a productores y elaboradores, que trabajo tienen para poder sobrevivir de su actividad. De ellos se espera que sean unos profesionales de su sector, que sean buenos gestores empresariales y que dominen la comercialización de sus productos. Y ahora, por si fuera poco, incluso pretendemos que dominen el sector turístico… les comentamos que han de trabajar transversalmente, que han de abrir sus explotaciones a visitantes en las franjas horarias convenientes, que han de vincular sus productos con la promoción de territorio, que deben dinamizar, la comercialización de sus productos, mediante la visita a sus instalaciones, pues una salida a sus productos es la venta directa. Pero ellos, aunque son buenos elaborando sus productos, incluso muy buenos, no son agentes turísticos. Les falta formación y tiempo.
Los restauradores, profesionales de hostelería. Trabajando todas las horas del día en sus establecimientos, con problemas para controlar y encontrar buen personal, y preocupados en buscar nuevas iniciativas para conseguir más clientes. Concienciados totalmente en la promoción turística, pero con poco tiempo para dedicarse a ello. Difícilmente interactúan entre miembros del mismo colectivo.
Por el otro lado, tenemos el mundo del travel, sus agentes quieren productos acabados, segmentados y de fácil comercialización. De manera ágil, rápida, y con soluciones inmediatas a las necesidades de sus clientes.
También están los técnicos de las administraciones públicas, bisagra entre los estamentos políticos y las iniciativas privadas. Intentan dinamizar proyectos de los cuales tan solo llegan a fin, unas veces por la falta de participación de unos y las otras veces por culpa de los otros, y como no, después de los recortes necesarios, un 50% de los mismos. Las acciones programadas gozan de muchos recursos inicialmente pero adolecen de poco seguimiento a posteriori. Los últimos invitados son los políticos, siempre presionados por las empresas del sector; su decisión responderá a imperativos inmediatos con miras electorales, sin pensar en los recursos que ésta necesitará en un futuro.
En conclusión, un círculo que se repite en cualquier iniciativa o proyecto enogastronómico, que se desarrolle en nuestro país. Quizás tengamos que pensar que algo está fallando, cual es el problema que provoca que no funcionen la mayor parte de iniciativas turísticas, vinculadas con productos agroalimentarios.
En definitiva creo que la clave del problema radica, en que todos los agentes no hablan el mismo lenguaje, una torre de Babel, donde se trabaja en un mismo producto,pero con diferentes visiones. Quizás tengamos de pensar en otras dinámicas de trabajo.

Marketing Turístico, Vinexus Consulting

1 comentario en “Turismo gastronómico, la gran torre de Babel”

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